Tensión

Si hay algo que odio en el curro es la palabra «campaña». ¿Por qué lo llaman «campaña» cuando lo deberían llamar «os voy a presionar con determinado producto hasta que estéis al borde de la crisis nerviosa»? Pues, hala, estamos en campaña. Y lo odio.

Y no es sólo que lo odie. En la oficina se palpa la tensión. Discutimos entre compañeros a la primera de cambio, por cualquier chorrada, todo el mundo está irritado y borde. Los hachazos están a la orden del día. Y las broncas. Y los gritos.

Si se quedase ahí, ni tan mal. Llego a casa como si me hubiesen pegado una paliza, totalmente agotada, y reconozco que estoy especialmente estúpida y desagradable. Lo pagas sin querer con todo el que te rodea. O no tan sin querer. Pero lo pagas. Súmale un hospital que no acaba de dar cita, un test de Coombs por lo privado, un ex con el que la relación ya está llegando a la categoría de hostil (ya he dicho que no estoy en mi mejor estado de humor) y otros problemas menores y tienes un cóctel molotov. Sales a las 7 de la oficina de mala hostia y agotada porque llevas 11 horas desde que llegaste. Y eso si no sales a las 8.

Las empresas no se dan cuenta de que la crisis no es óbice para descuidar su capital más importante, ese que llaman capital humano. Un trabajador descontento es menos productivo, trabaja a desgana y, de cara al público, es desagradable con los clientes. Y si derivamos en el síndrome del quemado, ya ni te cuento. Lo que no puedes es intentar no perder beneficios a base de exprimir al trabajador pidiéndole lo que no puede ser. La situación económica y social ya no es la misma y no se pueden pedir peras al olmo. Y los milagros a Lourdes.

Así nos va. Acabo de volver de un mes de vacaciones y después de esta campaña necesitaría otras, aunque mis compañeros también. Y las broncas constantes no son buenas. Ni el ambiente enrarecido de la oficina. Ni las movidas con mi ex, que trabajamos en la misma empresa y estoy segura de que en gran parte la tensión tiene la culpa

Puta tensión, putas campañas que no acaban nunca y putos empresarios y altos directivos ciegos que no quieren saber lo que pasan sus trabajadores todos los días.

Lady in jeans 1

Los vaqueros son el básico de los básicos de nuestro armario, no lo vamos a negar. En invierno, en verano, en looks casual, sport, para salir de copas… Ante la duda, siempre vaqueros.

Cada armario yo creo que debería tener al menos cuatro (reconozco que yo tengo más): unos de corte slim (o pitillos), otros o bien de pata ancha o de corte boyfriend (me gusta más la pata ancha setentera), unos shorts y unos negros de corte slim o recto. En esos, que son los que más se usan, se puede invertir un poco más, pero reconozcamos que las high street brands nos tientan con vaqueros a precio asequible, entorno a los 20 euros, estampados, de colores, con cortes originales… Pues why not?

Salvo que conozcas bien la marca, yo nunca compraría un vaquero sin probar, para mí es muy importante que me queden cómodos, no me hagan gestos raros y, sobre todo, el culo. Los bolsillos del culo pueden desde deformar un culo perfecto a transformar un culo fláccido en un culo 10, así que a probar siempre.

Hoy vamos a basarnos en unos vaqueros slim y sugeriros diversos looks, para que comprobéis que los vaqueros son, realmente, una pieza 24/7

Miramos unos vaqueros primero. Ya os he dicho: PROBADLOS. Yo, conociendo como me quedan, me decanto al momento por mi marca fetiche en vaqueros, Mavi, una marca turca que me favorece bastante. Este modelo, que podéis encontrar en Zalando por 75€, me parece muy bonito para toda ocasión.

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Y ahora empecemos a jugar 😀 Hoy os propongo dos looks e iremos sugiriendo más con los imprencindibles vaqueros

Para ir a trabajar

¿Cómo? ¿Que no se puede ir a trabajar en vaqueros? ¿Estamos locos? Por supuesto que sí, sólo necesitamos darle un toque serio con el resto de la ropa. Así que vamos a buscar en nuestro armario virtual

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Le añadimos, para empezar, este jersey básico de Zara en negro, a 29,95€

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Por encima, una americana para dar el toque serio, como ésta de Massimo Dutti, a 99,95€

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En los zapatos, un toque elegante y original con estos botines de Diane von Furstenberg en Shopbop, 245,57€

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Añadiremos un toque de color anudando al cuello este pañuelo vintage de los 60 de Liberty of London designs, que encontramos en Asos Marketplace, 25£

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Y acabamos con un elegante bolso todoterreno de Fiorelli en el que te caben todos los básicos para un día en la oficina, en Asos, 75£

Para salir con las amigas

Bien, has quedado con las chicas para una sesión de cena, cotilleo, cócteles y bailoteo. Por supuesto que esos vaqueros con los que has ido a currar te valen, sólo tenemos que cambiar todo lo demás 😉 Así que vamos a ello

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Empezamos con un top bonito, que el mar está lleno de peces y salimos de chicas. Este de All Saints Spitalfields es precioso y tiene un toque sexy con la espalda al aire, 165£

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10 centímetros de tacón para bailar toda la noche, bonitos y brillantes, de Irregular Choice, 79,99£

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Como hace frío, abriguito de piel falsa estilo vintage de Miss Selfridge, 89£

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Ponemos un toque de color con un clutch de Menbur para Zalando, 39€

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Y más brillos con estos pendientes discretitos de Johnny loves Rosie, 16£

¿Lista para arrasar? Pues será tu noche 😉

Espero que os haya gustado, porque os propondremos más looks con jeans para seguir sacando partido de la prenda más versátil de nuestro armario

A little bit of Mor ve Ötesi

Sor – Mor ve Ötesi

«masaldın/anlatıldın/dinleyen mi,/hem ne çok»

O traducido

«Fuiste un cuento de hadas/tal y como te contaban/te escucharom?/Mucho»

Grandes, grandísimas las letras de Mor ve Ötesi. No sé turco, no, sólo para defenderme lo básico basiquísimo (los números, preguntar cuanto cuesta, pedir una cerveza, descifrar más o menos la carta de un restaurante y poco más, aparte de un par de insultos, un par de piropos y alguna palabra suelta), pero siempre hay gente maja que cuelga traducciones y tienen unas letras increíbles.